viernes, 22 de julio de 2011

PRIMER ENCUENTRO


PRESENTACION de la
RED PATAGONICA de EDUCACION INTEGRAL
en la COMARCA ANDINA
Conectando con la nueva educacion, fortaleciendo un nuevo mundo.

La Red Patagonica de Educacion Integral la componemos individuos, grupos, instituciones y comunidades educativas que estamos impulsando una transformacion en la educacion, basándonos en los paradigmas del nuevo milenio siendo conscientes que nos concierne a todos.
Los esperamos a vivenciar el 6 de Agosto en el Pueblito Hostel (consultas al 493560) en el barrio Lujan, de 15 a 18hs. (puntual!)
Llevar una manta, algo para compartir con unos ricos tecitos que ofreceremos, y una colaboracion voluntaria para los gastos del encuentro.
Son bienvenidos con niños, abuelos, tios, TODOS!





sábado, 9 de julio de 2011

DECLARACION DE INTERES MUNICIPAL

 El 20 de abril de  2011 el Concejo Deliberante de la Municipalidad de El Bolsón declaró de Interés Municipal a la "Red  Patagónica de Educación Integral". Estamos muy contentas por este logro! 


CONCEJO DELIBERANTE
EL BOLSÓN – RÍO NEGRO
Municipalidad de El Bolsón
“2011-Año Internacional de los Bosques”
VISTO:
La Carta Orgánica Municipal y la nota presentada por la Red de educación
Integral ingresada al Concejo Deliberante el 01/03/11 bajo actuación Nº 145, y;
CONSIDERANDO:
Que la red esta integrada por grupos, Instituciones y Comunidades
Educativas que impulsan una transformación en la Educación, basándose en los
paradigmas del nuevo milenio y siendo conscientes que la Nueva Educación nos
concierne a todos;
Que la Red entiende que la educación Integral es aquella que
considera el aprendizaje como un proceso flexible y continuo, que prioriza al niño, al
joven y al adulto, con sus cambios, sus necesidades y su nueva manera de ser y aprender
y que además se adapta al entorno social, cultural, económico y ecológico de los
mismos;
Que la Red Patagónica de Educación Integral apoya el Proyecto
educativo de Pedagogía 3000, que entre otras características promueve, co-crea y
compila herramientas pedagógicas para el bienestar y el desarrollo armonioso-integralafectivo
de los bebes, niños, padres, docentes, terapeutas y de todos los miembros de la
Comunidad;
Que los objetivos de la Red son: consolidar los grupos trabajando con
Pedagogía 3000, realizar capacitaciones, recolectar material pedagógico y difundirlo,
producir nuevos materiales, realizar eventos, contactarse con grupos de trabajo para
intercambiar experiencias, colaborar con los espacios educativos Integrales;
Que el Concejo Deliberante en Sesión del día 20-04-11, Acta 1.517,
aprobó el dictado de la presente;
POR ELLO:
Y en uso de las facultades que le son propias
EL CONCEJO DELIBERANTE DE EL BOLSÓN
RESUELVE
ARTÍCULO 1º: DECLARAR DE INTERES MUNICIPAL a la RED PATAGONICA
DE EDUCACIÓN INTEGRAL.-
ARTÍCULO 2º: Elevar la presente Resolución a la Legislatura de la Provincia de Río
Negro para que realice la correspondiente Declaración de Interés Educativa.-
ARTICULO 3º: REGÍSTRESE, comuníquese al Poder Ejecutivo Municipal,
publíquese, cumplido, Archívese.-
Dada en la Sala de Sesiones del Concejo Deliberante de El Bolsón, Departamento de
Bariloche, Provincia de Río Negro, a los veintiséis días del mes de abril de 2011.-
RESOLUCIÓN Nº 024/2011.-

La “presencia” del adulto acompañando el juego del niño/a




Mi recorrido antes de trabajar con niños viene del ámbito de la psicología humanista.
Después de participar varios años del programa de formación SAT dirigido por Claudio
Naranjo, una visión integradora de la psicología y de crecimiento personal, llegué al
mundo de la educación y de los niños. Cuando conocí uno de los proyectos educativos
de los que participo actualmente, La Caseta, pensé que no había tanta diferencia entre
lo que yo vivía en estos encuentros de crecimiento personal como adulto y cómo se
deberían sentir estos niños en ese espacio de juego, experimentación, comunicación,
respeto y amor.
Un espacio donde los niños y niñas son mirados amorosamente, son cuidados,
acogidos y sobretodo donde existe un marco suficientemente preparado como para
que cada uno, en la medida de sus posibilidades, pueda ir escogiendo qué quiere
hacer, dónde, a qué y con quién quiere jugar y sobretodo pueda expresar sus
emociones y necesidades en todo momento. Un ambiente preparado para el
crecimiento, tanto de niños como de adultos.
Las dos palabras que me resuenan en común a estos dos ambientes son: la presencia
y la actitud amorosa.
Presencia y actitud amorosa hacia mí y hacia los otros.
Parto de considerar que el acompañar la crianza está basado en un sentimiento de
amor, de cuidado, de respeto por el alma, la esencia o como queramos llamarle… esto
que trasciende lo que podemos ver y tocar del otr@. Esta actitud amorosa está en
consonancia con una aceptación muy profunda de mi misma y del otr@.
Mi otro supuesto es que para acompañar a un niñ@ es imprescindible ser y estar en el
aquí y ahora, lo más presente posible en una actitud de apertura emocional para poder
vibrar en su sintonía.
Tampoco hablo de un adulto en actitud meditativa todo el tiempo. Así como Winnicott
planteaba que para un niño no era necesario tener una madre perfecta sino una madre
“suficientemente buena”, también podríamos pensar que el niño necesita un adulto
“suficientemente presente” a su lado.
La actitud de quien acompaña hace la diferencia.
Hace la diferencia entre el juego de un niño en el parque, con su mamá sentada en el
banco conversando con otras mamás, a un espacio donde el niño siente reconocido en
la mirada de su mamá o de los adultos que le acompañan. En donde los adultos
acompañan su exploración del espacio y su juego.1
1 No hago un juicio de valor en relación a esta diferencia, sino simplemente describo dos situaciones que ilustran dos formas de estar con un niño.
El adulto, sin dirigir la experiencia del niño, puede participar de ella con su presencia
como “compañero simbólico” de juego.
Tomo el concepto de “compañero simbólico” de juego de Bernard Aucouturier: en
tanto no somos niños jugando, somos adultos que podemos jugar con el niño o
acompañarlo en su juego más o menos activamente desde una situación de asimetría y
sobretodo siendo garantía de su seguridad física y emocional.
Hasta aquí no diferencio entre el lugar de los diferentes adultos acompañando al niño,
hablo de presencia y actitud amorosa tanto de una madre como de un educador/a.
Pero qué sería lo específico de la función o el rol de un adulto en un espacio familiar o
un espacio de juego compartido con madres/padres y profesionales que acompañan
este encuentro.
El proceso de la maternidad implica, si hay una apertura a vivirlo, un gran proceso de
introspección para la mujer. El encuentro con su propia sombra, al decir de Laura
Gutman. La mujer se encuentra frente a una experiencia muy profunda que la lleva a
una conexión consigo misma, con su propia historia y la de sus generaciones pasadas.
Probablemente ha de ser una de las experiencias más intensas y movilizadoras en este
sentido.
Winnicott hablaba del concepto de Preocupación Maternal Primaria, como ese estado
que la mujer adopta instintiva e intuitivamente con la maternidad, y que se caracteriza
por un estado de especial apertura emocional, empatía y capacidad para identificarse
con su bebé y así poder responder a sus demandas. Responder no desde lo que
“pienso que necesita”, sino desde lo que “siento y sé que necesita”. Es un registro que
tiene que ver con el desarrollo de una hipersensibilidad que permite saber con certeza
qué necesita el bebé en ese momento.
Algo de esto está relacionado con la presencia de la que hablaba anteriormente.
Un educador/a que se encuentra en un espacio preparado para acoger a niños y sus
mamás y/o papás ha de tener esa posibilidad interna de conectar con este estado de
apertura emocional para realmente estar preparado a “escuchar” esto que no tiene que
ver con las palabras o para “saber” esto que no se puede saber desde la razón o el
pensamiento.
Es decir, el adulto que acompaña a una díada de juego madre/hij@ ha de poder entrar
y salir de este registro emocional que comparten la madre y el niñ@, para poder desde
allí acompañarlos en esa experiencia tan profunda del encuentro.
El adulto que acompaña, también ha de tener esta posibilidad de apertura emocional y
de hipersensibilidad, para dejarse impactar por lo que allí sucede y para, a partir de
ese impacto, acompañar la experiencia.
Esto puede implicar intervenir –actuando o no-, y sobretodo implica acompañar sin
dirigir la experiencia y sin invadir esta relación tan íntima que se establece en el juego
de una mamá con su hij@.
La presencia del profesional garantiza en un espacio de juego compartido donde
participan varias familias, un ambiente suficientemente libre de tensiones. Es decir, la
función del educador será la de garantizar que se preserve ese ambiente armónico y
que puedan convivir varios proyectos de exploración y juego simultáneamente en el
mismo espacio en un clima de respeto mutuo.
Desde este tipo de presencia, en donde el educador también conecta con su emoción,
su instinto o intuición, además de con su razón, es que este profesional está disponible
para acompañar los conflictos que puedan surgir, las dificultades para poner o respetar
los límites, las diferencias entre los estilos de cada familia, etc…
¿Cómo se aprende esto de la “presencia”?
Quizás podríamos decir que esta capacidad de estar presente no se aprende, cada
uno la construye. Así como nadie enseña a nadie, sino que cada uno realiza su propio
proceso de aprendizaje en un contexto que lo facilita, el desarrollo de la presencia será
un proceso donde cada uno será el protagonista de su historia.
La presencia es la consciencia de mi misma, de mis emociones, de mi cuerpo, de mis
pensamientos. A partir de estar centrada en mi, puedo percibir a los otros desde allí.
Consciente de mis emociones, mis pensamientos o mis impulsos puedo discernir lo que
me es propio de lo que no, lo que puedo estar proyectando de mi, de mi historia, de mi
carácter, de mi forma de ser y percibir el mundo en un conflicto o en cualquier
situación.
Esta consciencia de mí me permite estar disponible emocionalmente para el otro, me
permite desarrollar la escucha en el sentido más amplio.
Entonces si es todo esto, es imposible que se pueda aprender por la vía tradicional: a
través del intelecto o la razón. El trabajar sobre la presencia del educador/a implica un
trabajo que parte de la propia vivencia para luego pasar al lenguaje verbal.
Existe una gran diversidad de caminos a través de los cuales trabajar sobre la
consciencia de uno mismo, pero todas requieren la implicación vivencial y sobretodo el
trabajo personal o de autoconocimiento.
Para aprender a caminar
el niño tiene que estar en un contexto
en donde las personas caminen
Para aprender a hablar
es necesario que el niño esté rodeado
de personas que hablen
Para crecer,
es necesario que los niños
estén en un entorno donde las personas crezcan
Este trabajo de autoconocimiento o introspección en tanto implica ampliar nuestra
consciencia, necesariamente tiene que ver con un trabajo de crecimiento personal.
Qué aspectos externos e internos influyen en el estar presente
Los niños viven el aquí y el ahora de forma natural y espontánea.
Viven en conexión directa con sus estados emocionales, con su cuerpo, su movimiento,
su placer y su displacer. Si un niño ha sido suficientemente respetado no perderá esa
conexión innata con sus propias necesidades vitales, con su consciencia de sentir frío o
calor, hambre o sed, si necesita estar solo o acompañado…. Y si ha sido
suficientemente escuchado y respetado también será capaz de identificar cómo se
siente en cada momento, si siente tristeza, rabia, alegría o placer, más allá de que le
pueda adjudicar una palabra a la emoción.
Pero los adultos generalmente necesitamos transitar por otros caminos que nos
permitan volver a estar nuevamente conectados a nuestro cuerpo, nuestras emociones
y nuestros pensamientos más genuinos. Necesitamos traspasar nuestros miedos,
bloqueos, prejuicios, ideas introyectadas desde el exterior, desconexiones con nuestro
mundo emocional… Es decir, los adultos necesitamos pasar por un proceso de trabajo
personal para llegar hasta allí.
Dentro de un ambiente preparado para el juego de niñ@s y padres hay aspectos que
también de alguna manera favorecen u obstaculizan este estar presente, aunque
tampoco son garantía de ello.
La práctica del silencio y el evitar la utilización del lenguaje innecesariamente,
generalmente en momentos de incertidumbre, de no saber qué hacer, de sentir la
sensación de “no estar haciendo nada” es una cuestión importante. El lenguaje muchas
veces es la mejor herramienta para evadirnos de una situación que nos incomoda o
simplemente de evitar la sensación de “vacío”. El lenguaje nos lleva a lo racional, por
lo que suele evadirnos de una situación que nos genere una emoción intensa que
quizás no estemos viviendo placenteramente. Frente a la angustia de la incertidumbre
la palabra me distrae, generalmente me lleva a otra situación, al pasado o al futuro.
También podemos pensar en la práctica del silencio interno como un ejercicio que
favorece esta cualidad de nuestra presencia. Como si se tratara de una práctica
meditativa de silenciar nuestra mente, nuestros pensamientos, vaciarnos de nuestros
propios enredos mentales, prejuicios, ideas, teorías, modelos etc. Sólo a través de este
estado vacío de la mente es que encontraremos una comunicación auténtica con el
niño. “En una mente silenciosa el niño encuentra espacio”.2
Muchas veces se dice desde la teoría, que en el trabajo con niños pequeños, los
adultos “prestamos” el lenguaje al niño, o “ponemos en palabras” lo que el niño
todavía no puede hacer por sí mismo. Siento que muchas veces esto puede ser
2 Juan, Pere. Material diseñado para módulos de formación del ICE. Año 2006.
ajustado, pero otras veces, he observado que mi lenguaje puede distorsionar o dirigir
la experiencia del niño cuando mi descripción de lo que él está haciendo también
implica una interpretación. Y hasta algunas veces la descripción de lo que el niño está
haciendo “sobra”, porque ya lo está haciendo y no necesita que nadie relate lo que él
está experimentando por sí mismo.
Sí encuentro que el lenguaje tiene un sentido cuando la experiencia que el niño está
viviendo percibimos que desborda su capacidad de comprensión y “asimilación”. Por
ejemplo, cuando un niño se asusta frente a una caída brusca e inesperada
invadiéndole una emoción que lo desborda en su capacidad de comprensión. En este
momento nuestro lenguaje que pone en palabras su miedo o su susto, es parte de
nuestro acompañarlo en esta vivencia displacentera y le hace sentir que estamos allí a
su lado para acompañarlo y sostenerlo en esta experiencia desagradable también. Con
nuestra palabra construimos un puente entre su emoción y su comprensión.
En un espacio de juego donde conviven niñ@s y adultos es importante también
minimizar el lenguaje verbal entre los adultos. Si la norma del espacio es que los
adultos durante un determinado tiempo-espacio estemos exclusivamente con los niños
y compartiendo este espacio con otros adultos pero con la mínima utilización del
lenguaje verbal, realmente hay algo del clima que se genera que potencia la
experiencia increíblemente. Las conversaciones entre los adultos en este tipo de
espacio de juego “invaden” el espacio de los niños y lo monopolizan con la energía del
mundo adulto.
Cuando los niños se sienten escuchados y respetados durante el tiempo necesario
luego son capaces de respetar también los espacios que los adultos nos reservamos
para hablar de la experiencia y lo que necesitemos compartir sobre nuestras
percepciones y vivencias.
Al decir de Agnès Szanto, el tiempo de los bebés es infinito, el instante
de malestar o de sufrimiento es infinito como así también el de
bienestar y el de alegría. Son las vivencias que dejan huellas, que
abren o cierran al mundo. Esto implica para los adultos, la familia, los
profesionales y la sociedad una gran responsabilidad y un
extraordinario desafío porque es en los más pequeños detalles de la
vida cotidiana que se concretan o naufragan las más bellas teorías.3
Verónica Antón
3 “Los Organizadores del Desarrollo”. Myrtha Hebe Chokler

viernes, 8 de julio de 2011

EL ESPAZIO

EL ESPAZIO

El Espazio es un proyecto que tiene mas de 15 años que se creó con la necesidad de encontrar lugares concretos donde se materialicen las nuevas energías de amor y sabiduría. Actualmente El Espazio funciona en el Centro Comunitario Costa del Rio Azul, en el Mallín Ahogado. Funciona para los niños mayores 1 vez por semanna y dos veces por semanan para los niños pequeños. Proximamente compartiremos mas info con historias y novedades.



TALLER DE CINE Y ANIMACION

En Epuyen, Chubut se realizó durante otoño invierno el Taller de Cine y Animación par adolecentes como espacio de Exploración Audiovisual que apunta a fusionar el arte con la tecnología, presentando los medios de comunicación como un mundo creativo,
 Considerando al ser humano en su totalidad, explorando todas sus dimensiones: mental , emocional, social ancestral,y espiritual. Para mas información comunicarse con pulsacionescosmicas@gmail.com